Alemania ampliará las restricciones a los no inmunizados e impondrá la vacunación obligatoria, un instrumento que rechazaban tanto la canciller saliente, Angela Merkel, como su previsto sucesor, Olaf Scholz, pero que finalmente han acordado implantar ante la virulencia de la cuarta ola.
Merkel, quien dejará el cargo previsiblemente la próxima semana, tuvo que admitir tras su última reunión con los líderes regionales que la «laguna de ciudadanos no inmunizados» obliga a dar ese paso. Tanto su bloque conservador, como los socialdemócratas de Scholz y sus futuros socios -verdes y liberales- defendieron en toda la pandemia que la vacuna sería voluntaria.
«Vista la situación, considero necesario imponer la obligatoriedad de la vacuna», afirmó la líder alemana, para responder luego afirmativamente a la pregunta de si como diputada votaría a su favor. Pese a reactivación estos días de las vacunaciones, la tasa de ciudadanos con la pauta completa está en el 68,8%, por debajo de otros socios europeos.
Merkel no ocupa ningún escaño en el Parlamento emanado de las elecciones generales del pasado 26 de septiembre y ante el que será investido, probablemente el miércoles próximo, el socialdemócrata Scholz, el vicecanciller y ministro de Finanzas de su última gran coalición.
Scholz se ha comprometido a impulsar el trámite parlamentario y avanzado que dejará libertad de voto a los diputados, ante una cuestión que puede topar con rechazos, especialmente entre los liberales -sus futuros socios de coalición, junto con los verdes-.
MEDIDAS DE APLICACIÓN INMEDIATA
La vacuna obligatoria deberá plasmarse, en forma de ley, en febrero. La lucha contra la pandemia no puede esperar, por lo que la última reunión de Merkel con los líderes regionales, además de Scholz, sirvió también para consensuar medidas de aplicación inmediata.
Alemania lleva semanas con la incidencia de contagios a niveles máximos. Este jueves se reportó, por tercer día consecutivo, un ligero descenso, para situarse en 439,2 casos por siete días y 100.000 habitantes. Sigue siendo una marca altísima, que supera los 1.100 contagios en los distritos más afectados del este o el sur del país.
Hasta ahora se adoptaron restricciones, en algunos casos, severas, a escala regional. En la reunión de hoy se acordaron protocolos unitarios y a escala nacional.
Entre esas medidas se incluye el cierre del ocio nocturno a partir de ciertos niveles de contagios, así como restricciones en eventos públicos y en contactos, especialmente entre los ciudadanos no vacunados.
Así, en las actividades de ocio se aplicará la regla de las 2G -por geimpft o genesen (vacunado o sanado)- independientemente de las cifras de contagios y se podrá pedir un test negativo. También en el comercio minorista no esencial regirá la regla de las 2 G.
Se limitarán los encuentros de las personas no vacunadas al propio núcleo familiar o de convivencia y otras dos personas de otra burbuja de convivencia, sin contar a los menores de hasta 14 años.
Los clubes y discotecas deberán cerrar a partir de una incidencia semanal de 350 nuevos contagios por cada 100.000 habitantes.
También a partir de este valor de referencia el aforo de encuentros privados de personas vacunadas o sanadas quedará reducido a 50 personas en interiores y 200 en exteriores.
En tanto, en las escuelas volverá a ser obligatorio el uso de la mascarilla.
«Todas estas medidas son estándares mínimos», dijo Merkel, y agregó que los estados federados tienen libertad de imponer restricciones más estrictas.
Se trata, agregó de «un acto de solidaridad nacional» con el objetivo de reducir las cifras de contagios y la presión al sistema sanitario.
Por otra parte, la canciller saliente señaló que la validez del pasaporte covid se acortará a nueve meses tras haber completado la pauta completa, por lo que recibir una dosis de refuerzo es ahora importante.
Al mismo tiempo aseguró que habrá un tiempo suficiente de transición para que todos puedan recibir a tiempo la tercera dosis.
SCHOLZ, ANTE EL COMBATE PENDIENTE
A falta de formalizarse el relevo en el poder, Scholz ha asumido de facto las riendas de un combate que no ha podido zanjar una canciller que, en sus 16 años en el poder, afrontó sucesivas crisis.
Aludió el futuro canciller al «ambicioso objetivo» de administrar hasta final de año 30 millones de vacunas, un «gran desafío logístico», reconoció.
Scholz no ha designado aún a su futuro ministro de Sanidad. Pero si a un militar, el general mayor Carsten Breuer, como jefe del equipo de crisis que, desde principios de esta semana, se ha activado ya en la Cancillería.
EFE