La erupción volcánica en Cumbre Vieja ha entrado en una fase de estabilidad, lo que ayudaría a no incrementar los daños ya causados, según aprecian los científicos, que no obstante advierten de que en las próximas horas se puede producir un empeoramiento en la calidad del aire.
El director técnico del Plan de emergencia volcánica de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, ha afirmado este miércoles tras la reunión del comité, que no obstante hay que mantener la máxima prudencia posible porque la realidad del volcán «es cambiante», pero ha insistido en que si se mantiene esta constante de estabilidad «es bueno para todos».
Sin embargo, es probable que con el movimiento del viento rolando a otras posiciones en las próximas horas se genere un problema de partículas en suspensión que empeore la calidad del aire en la isla, ante lo que la directora en Canarias del Instituto Geográfico Nacional (IGN), María José Blanco, señaló que hasta ahora, se han registrado concentraciones altas de micropartículas que no han supuesto un riesgo para la población.
La también portavoz del Pevolca ha añadido que se está a la espera de obtener los resultados del análisis de metales en laboratorio para evaluar su incidencia, y ha indicado que hará una campaña de medida del ácido clorhídrico en las poblaciones afectadas por el penacho marino.
La extraña diana de nubes del volcán de La Palma
Una imagen del satélite Aqua de la NASA captó desde el espacio el misterioso patrón de ondas concéntricas que apareció sobre el volcán de Cumbre Vieja, en la isla de La Palma, el pasado fin de semana.
La erupción no ha sido lo suficientemente enérgica como para inyectar grandes cantidades de cenizas y gases en la estratosfera, donde pueden tener efectos fuertes y duraderos en el clima y el clima. Sin embargo, ha sido lo suficientemente fuerte como para producir una columna creciente de emisiones que ayudó a formar el patrón notable en las nubes que el instrumento MODIS del satélite Aqua tomó el 1 de octubre, informa la NASA.
La nube en forma de diana fue el producto de una columna ascendente de cenizas y gases sobrecalentados conocida como columna de erupción. La flotante columna de vapor de agua y otros gases se elevó rápidamente hacia arriba hasta chocar con una capa de aire más seca y cálida a aproximadamente 5,3 kilómetros de altitud.
Ondas de gravedad
El aire inusualmente cálido de arriba –una inversión de temperatura– funcionaba como una tapa, evitando que la columna volcánica se elevara más. En cambio, se aplanó y se extendió horizontalmente.
Dado que las erupciones volcánicas suelen tener reflujos y flujos naturales en su intensidad, los pulsos en el flujo ascendente de la columna volcánica crearon ondas de gravedad concéntricas a medida que golpean la inversión de temperatura y se extienden hacia afuera. El proceso es similar a la forma en que una piedra que cae en un estanque crea ondas que se extienden hacia afuera.
Efe