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Madrid

El mercado de los hermosos

Cuenta la leyenda que todo productor, comerciante, tendero y cocinero que el Mercado de Vallehermoso cobija tras sus puertas renace para comprometerse consigo mismo

El Mercado de Vallehermoso, algo más que un edificio cuasi centenario que abrió sus puertas como el mercado que es, en 1933 y cuya apertura supuso gran expectación entre los madrileños, convirtiéndose en poco tiempo en uno de los mercados más jaleantes y coloridos de la época. Un reducto de la historia, cuyos comerciantes han sostenido los cimientos del mercado logrando mantener su esencia, a pesar de los devenires del paso del tiempo, las nuevas tendencias y la pandemia.

Un edificio que desde su imponente fachada trasmite un halo de vitalidad castiza, que aviva de su interior; Provocada por sus comerciantes, tenderos y por cocineros que en esta última etapa vital del mercado se han sumado a la “resistencia del Vallehermoso” logrando resurgir su espíritu. Provocando la ilusión y el frenesí, entre sus visitantes, del mismo modo que hicieron los primeros tenderos que habitaron en el mercado.

Cuenta la leyenda que todo productor, comerciante, tendero y cocinero que el Mercado de Vallehermoso cobija tras sus puertas renace para comprometerse consigo mismo y con su mercado a llevar a la excelencia su saber hacer. Logrando ofrecer a todo visitante del “Hermoso” los mayores manjares que ofrece la diosa Tierra, gracias a comerciantes y proveedores de los más reputado. Que otorgan al mercado, la relación espiritual e inspiracional que existe entre el cocinero y estos espacios de resistencia al tiempo. Por ello mismo en los últimos 20 años de vida del mercado han ido estableciéndose jóvenes chefs con nuevos conceptos culinarios rompedores, que han sido tendencia y lo son hoy en día, aportando al Mercado de Vallehermoso un aspecto más contemporáneo que se fusiona de inmejorable manera con el espíritu originario del mercado de abastos.

En mi Top 3, de los mejores espacios gastronómicos del Mercado de Vallehermoso, que toman sentido en esos “puestos de comida” tan bien llevados, se encuentran: Tripea, el 2 de Vallehermoso y Kitchen 154. Estas tres ofertas gastronómicas tan distintas la una de la otra, donde el único factor en común es la de transmitir felicidad, regocijo culinario, vivencias y viajes a través de sus elocuentes propuestas gastronómicas. Dando resultado auténticas obras de arte culinarias, gracias a la pericia gastronómica de sus chefs y al mosaico sensorial que ofrecen los tenderos del mercado de abastos, que sirven a los cocineros de dichos locales de auténtica inspiración y cercanía al producto de temporada.

Cuando te sientas en la mesa alta de Tripea y empiezan a servirte su menú, comienzas tu viaje por Perú. Conjugado al buen rollo del local, el ambiente y la simpatía de su joven equipo, acaban logrando trasladar a sus comensales a esos lugares, donde su joven chef Roberto Martínez, logró empaparse de todos esos sabores, olores, productos y procesos de cocinado. Que tras la vuelta a su Madrid natal, le han servido para repartir “orgasmos culinarios” a través de sus elaboraciones castizo-peruanas, reinterpretaciones de allí y allá y esos puntos cítricos tan característicos que logra armonizar de inigualable manera con todos los matices que desprenden sus propuestas.

El 2 De Vallehermoso una “TABERNA DE MERCADO”. Donde la temporalidad de los productos manda, con una carta cambiante según lo que haya en los “bodegones” del Mercado de abastos. Esta taberna de fuerte influencia manchega y cuyos platos, que casi por norma general, se componen de tres o cuatro elaboraciones, que en su conjunto logran sensaciones palatales y olfativas de alto nivel. A las que si decides armonizar con alguno de sus vinos naturales acabas obteniendo una de esas experiencias gastronómicas que nunca quedarán en el olvido.

Te imaginas poder comer y sentirte como en un auténtico mercado del Sudeste Asiático, en la misma capital madrileña. Pues Kitchen 154 es la materialización de ese deseo que todos hemos tenido alguna vez, este puesto de comida viajera, canalla y sin vergüenzas. Dan sentido al auténtico disfrute que provoca el finger food, los dedos chorreantes de salsas untuosas y llenas de sabor y al no parar de sorber de tu cerveza “la Virgen” por aventurarte en exceso al carismático y conocido gusto por el picante de los chicos de Kitchen 154.

A pesar de haber destacado solo tres espacios gastronómicos. La extensa, variopinta y excelsa oferta gastronómica que ofrece el Mercado situado en el barrio de Chamberí. Le hace situarse entre uno de los mercados más auténticos y donde mejor se come de la capital, sobresaliendo entre otros mercados, en estos tiempos donde muchos de estos espacios por no decir en su mayoría han acabado derivando en espacios gastronómicos con mayor o menor éxito, entre el público madrileño.

¡Larga vida al Vallehermoso!

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