El Ministerio de Sanidad insiste que las medidas que establecieron son suficientes en contra del virus, por lo que descarta confinamiento
En presencia de la creciente necesidad de asistencia médica debido a los contagios, el principado de Asturias decide aumentar las medidas de restricción ante el coronavirus y pedirá al Gobierno que apruebe un confinamiento por 15 días, medida que la Sanidad no considera que sea necesaria “en el escenario actual”
«Ahora no lo prevemos. Ni estamos trabajando en ello. Pensamos que con el abanico de medidas que están a disposición de las autoridades de las comunidades autónomas para poder actuar es suficiente» expuso durante una conferencia por vía telefónica, Salvador IIIa, actual ministro de Sanidad.
Salvador IIIa negó “terminantemente” que el Gobierno vaya a descartar el confinamiento en los domicilios durante esta semana, explicando que con las medidas impuestas desde el inicio de la pandemia (limitación de reuniones sociales, toque de queda, el confinamiento del perímetro)
Junto a estas declaraciones, el ministro pidió “no entrar en una especie de competición a ver quién toma la medida más dura”, quién se pronunció poco después que el presidente del Principado, Adrián Barbón, instó la autorización para el confinamiento domiciliario.
De ser aplicada la medida, otras nacerán en consecuencia: suspensión de cualquier actividad no esencial a partir del miércoles, reducción del tiempo permitido para transitar por las calles; hasta las 10 de la noche, dos horas menos que la actual, todo esto luego que la población asturiana entrar en un nivel cuatro: estado de riesgo máximo.
Sanidad informaba, poco después, respecto a su reunión con Asturias encabezada por IIIa durante la mañana del martes donde reafirmó que no tiene contemplado “en el escenario actual” un confinamiento en España.
Por su parte, el Gobierno vasco deliberará si va a poner en marcha medidas más estrictas a fin de evitar los contagios, decisión que podría contemplar un confinamiento como el del inicio de la pandemia, tan pronto se den a conocer los datos del miércoles o jueves, luego de diez días de flexibilización, nuevas medidas de movilidad y la extensión del toque de queda en Euskadi.
A pesar que las vehementes protestas en contra de las medidas restrictivas durante el fin de semana han mermado, la noche pasada se detectaron disturbios en León y Logroño, llevados a cabo, en su mayoría, por jóvenes.
Al menos cinco personas en la capital riojana fueron detenidas por su participación en los disturbios donde incendiaron contenedores, sumando hasta ahora 13 detenidos, desde el viernes en la noche; todos con edades en un rango de 15 a 24 años, incluyendo un menor de 13 años, quien fue devuelto a sus padres.
En León, decenas de jóvenes encapuchados fueron partícipes en enfrentamientos en el centro de la ciudad, derribando contenedores de basura y provocando daños a vehículos. El incidente culminó con un detenido y dieciséis personas identificadas.
En relación a los disturbios violentos, el ministro de Sanidad muestra su desaprobación expresando que “son absolutamente minoritarios” y “no ayudan a nada”, añadiendo estas actividades a la “fatiga pandemia”. Además, catalogó como un hecho plausible y un ejemplo a seguir a las acciones de un joven en Logroño que, el pasado domingo junto a su grupo de amigos, se dispuso a limpiar voluntariamente algunos puntos del centro de la ciudad luego del incidente la noche pasada.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), explicó por medio de Rafael Simancas, secretario general del grupo socialista en el Congreso, que la violencia y los actos irracionales no serán de utilidad alguna en contra del virus.
A estos llamados a la paz se unió el PP, quien se pronunció en contra exponiendo su “condena más absoluta” a quien ejerce la violencia”, siendo palabras Ana Pastor, vicesecretaria del Partido Social, quien anunció que su partido pedirá una audiencia con carácter de “urgencia” ante el Congreso del ministro de interior, Fernando Grande-Marlaska, quien se ha mostrado ausente ante los deplorables y lamentables disturbios recientes.
Igualando la acción de ayer del vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, en representación de Podemos; Isabel Serra responsabiliza a la derecha de ser los principales incitadores de estos disturbios, cuyo fin es transformar el “miedo” en “odio y generar inestabilidad en el Gobierno de coalición.
De acuerdo con Serra, “no hay muestra” que prueben que en las concentraciones hayan personas afines a la extrema izquierda.
Los responsables autónomos, a su vez, también expusieron sobre los orígenes de las protestas. Uno de ellos fue, Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia, diciendo: «Los ultras son de izquierda o derecha, me da exactamente igual».
Por otro lado, el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, considera que “delante y detrás” de estos disturbios existe un movimiento organizado a la perfección de insurgentes y radicalistas, que está bien constituido.
Mientras tanto, el Ministerio de Sanidad, informó 55.019 casos nuevos de covid, 4.334 en las últimas 24 horas, sumando a la cifra total de contagios desde el inicio de la pandemia 1.240.697 y un total de fallecidos de 36.257.777 en la última semana y 379 adicionales desde la cifra publicada el pasado viernes.
Según datos comunitarios, considerando que Cataluña tiene actualmente problemas técnicos, impidiéndole actualizar sus datos, el País Vasco se encuentra en primer lugar en cuanto a nuevos contagios durante las últimas 24 horas con 790; seguido por Aragón con 692, Galicia con 529, Navarra con 525, Extremadura con 371, Andalucía con 342 y finalmente Madrid, contando con 317 contagiados.
Dentro de los 777 fallecidos en los últimos 7 días, 142 murieron en Andalucía, 133 en León y Castilla, 85 en Aragón y 73 en Madrid.
Con respecto a la incidencia acumulada durante los últimos 14 días por cada 1000 habitantes, la media nacional asciende de 485,2 puntos del día viernes, a 521,07, mientras la ocupación de los hospitales se mantiene en un 15,51% (comparado con el 14,7% del viernes), y la presión en las unidades de cuidados Intensivos (UCIS) se eleva de 26,5% a 27,97%
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