El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) denunció este martes la muerte de ocho estudiantes en una explosión registrada cerca del colegio donde estudiaban en la provincia afgana de Nangarhar
El explosivo, que estalló el lunes, era un remanente del conflicto afgano y dejó a otros cuatro niños que habían acudido a clase heridos. Todos ellos eran varones.
UNICEF remarco que los explosivos latentes, particularmente los ubicados en áreas pobladas, son «una creciente y persistente amenaza para los niños y sus familias»
En este sentido, la representante interina de UNICEF en el país, Alice Akunga, ha subrayado la importancia de que la comunidad internacional proporcione más apoyo a Afganistán para que las autoridades puedan «limpiar los explosivos y los remanentes de la guerra». «Igualmente importante es educar a los niños y sus comunidades sobre los riesgos y las medidas preventivas», ha agregado
Akunga ha incidido en que los colegios y sus áreas circundantes han de ser «espacios seguros para que todos los niños puedan aprender». UNICEF ha pedido a todas las partes interesadas en Afganistán que emprendan «medidas concretas» para limpiar las áreas contaminadas por armas, proteger a los niños y mantenerlos fuera de peligro en todo momento.
En 2020, a nivel global, la artillería explosiva y los remanentes de conflictos fueron responsables de cerca del 50 por ciento de las muertes infantiles. Más de 3.900 niños murieron o resultaron mutilados por este tipo de armamento en 2020, según los datos de UNICEF